POR QUÉ LA MADERA ES EL ‘NUEVO HORMIGÓN’

Es un recurso renovable e inagotable. Es un gran aliado contra el cambio climático. No contamina al fabricarlo puesto que es la naturaleza la que se encarga de ese proceso y tampoco genera residuos que tengan un impacto sobre el medio ambiente. La madera es un excelente material para la construcción aunque en España su uso no esté tan popularizado como en otros países del norte de Europa o en Estados Unidos.

“Es un material natural, biodegradable, reutilizable, genera calidez y muy aislante. Es un excelente material de construcción porque la resistencia en proporción al peso del material es mayor que la del acero”, explica el arquitecto Antonio Giner. Según Giner, construcciones en madera permiten, además de “una estética agradable”, cubrir “grandes distancias sin pilares y cubrir canchas deportivas con este tipo de vigas prefabricadas”.

Puede que la madera salga perdiendo a la hora de compararlo con otros materiales aislantes, como el PVC, pero como subraya el arquitecto estamos hablando de un material compuesto de plástico, por lo que su huella ambiental es mucho mayor que la de este elemento natural.

“Es un material natural, biodegradable, reutilizable, genera calidez y muy aislante. Es un excelente elemento de construcción porque la resistencia en proporción al peso es mayor que la del acero”

“Está varios órdenes de magnitud por encima del aluminio”, recuerda el arquitecto, aunque tenga ciertos inconvenientes a la hora de disipar el calor en verano, “lo que es un problema en nuestro país”. En invierno, por contra, es un material que permite mantener el calor en el hogar de manera eficiente.

¿Por qué no vemos más construcciones en madera si sus propiedades son tan beneficiosas para el medio ambiente? “Su gran problema es el precio y el mantenimiento”, razona Giner. Para este arquitecto, estos dos elementos frenan al comprador. “La gente suele huir de cualquier cosa que le genere un mantenimiento. La madera es un material vivo, hay que darle aceites y tratamientos”, recuerda. ¿La contrapartida? “Puede durar siglos. Piensa en esas puertas de madera que ves en edificios antiguos y que tienen 300 años”, ilustra.

El hecho de que conseguir madera para la construcción en nuestro país sea más complicado que en Escandinavia o en Estados Unidos también puede ser un freno a la hora de ponerla en uso. Giner recuerda que es un material habitual para la construcción de viviendas unifamiliares, aunque en España los trámites administrativos son diferentes a los de otros países de nuestro entorno, lo que provoca que no salga tan a cuenta su construcción.

Las casas prefabricadas son un ámbito en el que sí se encuentran edificios unifamiliares de madera, “un mercado que antes no existía”. Giner opina que en España ese concepto todavía tiene mala fama “porque se asocia a los barracones de la posguerra” pero su uso va muy ligado a este concepto donde se utiliza en forma de paneles que hacen “un bocadillo de madera con poliestireno en el núcleo”. Una solución sencilla, en algunos casos más barata pero sobre todo respetuosa con el medio ambiente.

Madera en construcciones contemporáneas

Si pensamos en construcciones actuales que hayan hecho de la madera su principal material, no se nos ocurre mejor ejemplo (y más cercano) que las Setas de Sevilla. El Metropol Parasol, diseñado por el arquitecto alemán Jürgen Mayer, está compuesto de madera laminada aunque esté material se escogió, precisamente, por problemas encontrados durante su construcción.

Un informe realizado durante la construcción avisó de la inviabilidad del proyecto tal y como estaba previsto en un primer momento. Del metal que se había previsto en un momento se tuvo que optar por utilizar madera laminada, que sí era capaz de soportar los pesos y tensiones generados por la estructura.

Otro ejemplo del uso de este material en la actualidad es la Iglesia de Knarvik en Lindas (Noruega). Construida en 2014, destaca por su torre de forma piramidal y está fabricada en madera de pino prepatinado para adaptarse así al entorno en el que se ha alzado, en plena naturaleza.

La construcción con madera de los bloques de pisos de Moholt 50/50, en la ciudad noruega de Trondhein, supuso un ahorro en CO2 del 57% en comparación con materiales tradicionales

Pero la madera también se puede utilizar en bloques de pisos. Es el ejemplo del Moholt 50/50 , un conjunto de bloques de apartamentos para estudiantes construido en Trondheim, también en Noruega, en 2016. Estas cinco torres de nueve plantas con una altura de 28 metros ha utilizado madera laminada trenzada tanto en el interior como en la fachada. Se estima que el ahorro en CO2 ha sido de un 57% en comparación con el uso de materiales tradicionales de construcción. “La madera también se encarga de actuar como sumidero de dióxido de carbono mientras el árbol crece”, recuerda Giner.

Ya sea en edificios singulares, templos o bloques de apartamentos, el uso de la madera en la arquitectura tiene unas ventajas a la hora de construir. Ventajas no sólo estéticas sino también funcionales y, sobre todo, en el terreno del respeto hacia el medio ambiente.